"No tengo un proyecto, por eso no puedo fracasar. Si no te prometo nada, no te puedo defraudar. Yo no tengo ningún compromiso, ni siquiera conmigo mismo.”
Nunca me gustó Flema. Es más, siempre me pareció una banda de mierda. Pero Ricky, vaya uno a saber por qué, me caía, me cae y me caerá simpático. Y no estoy siendo sarcástico. De ningún modo. Sus pensamientos, sus actitudes y su compromiso con el estilo de vida que eligió, siempre serán motivo de mi admiración.
Hoy hace cinco años que se ha ido de este mundo, seguramente a uno donde se sentirá más a gusto. Ojalá ahí haya encontrado el sonido que tanto estaba buscando...
¡Salud, Ricky!
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