Dicen los Sancamaleones que el tiempo lo cura todo. También escuché decir que "el tiempo no para". Y es muy cierto.
Pero ¿el tiempo? ¿qué tiempo? Esa palabra encierra mucho más que minutos, horas, días y hasta años. Hay un tic tac, muchos tics tacs, que no se miden sino en intensidades. Muchas cosas se dibujaron y se tatuaron en mi alma a lo largo del tiempo. Y ya no van a irse de ahí. Nunca.
Pase el tiempo que pase, dónde pase, cómo y cuándo pase... La herida se cierra pero queda la cicatriz, casi siempre a la vista del que pueda y quiera ver.
Mi tiempo no se mide con otra vara que la de las intensidades. Yo creo que hay un momento en el que uno le gana al tiempo. Es cuando se toma conciencia de que no importa lo que se haga o se deje de hacer: él va a seguir corriendo. La movida se modifica cuando los principios y los finales los decido yo. Y si logro ganarle al tiempo (una pequeña gran victoria, creo yo) ¿qué tan grave puede ser lo que viene?
Como sea... Tiempo, tiempo, tiempo... Qué palabra de mierda para nosotros los impacientes, ¿no?
Picos
miércoles, 15 de noviembre de 2006
El tiempo
Publicadas por Eternauta a la/s 10:38 p. m.
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1 comentario:
Muy lindo y muy cierto, tremendamente cierto. En mi calidad de impaciente, comparto tus últimas apreciaciones.
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